



West Highland White Terrier
El origen del West Highland White Terrier, comúnmente conocido como Westie, data a partir del s. XIX. Proviene de las Islas escocesas, al igual que el Scotish Terrier, Cairn Terrier y Skye Terrier. En los inicios cuando se hablaba de un Terrier, se podía referir a cualquiera de las 4 razas, no se hacía distinción entre ellas, se cruzaban por igual y los cuatro tipos de cachorros podían encontrarse en una misma camada. No fue hasta después que empezó a hacerse la separación de las razas.
Estos perros, aunque pequeños, eran feroces perros de trabajo, pasaban sus días en los túneles de los roedores atrapando alimañas y manteniéndolos fuera de las granjas de sus amos. Algunos tenían extremidades largas que les permitían ser muy veloces, otros extremidades cortas que los mantenía pegados al suelo y podían entrar más fácilmente a los túneles.
La historia del Westie sin embargo es las más oscura y triste de las cuatro razas, ya que en ese tiempo se creía que los cachorros que nacían de color blanco eran débiles y enfermizos, y no eran aptos para desempeñar su trabajo correctamente. Así que cuando nacía un cachorro blanco, era ahogado en un balde de agua.
El clan Malcom era poseedor de muchos Terriers, pero un día, el perro favorito del clan, un Terrier de color rojizo, fue confundido con un zorro y abatido en el campo. Malcom sufrió la pérdida de su perro, y fue entonces que decidió darles una oportunidad a los cachorros blancos, ya que por su color no serían confundidos ni abatidos. Los Malcom confiaron en los pequeños cachorros de color blanco y demostraron que eran tan resistentes, feroces, valientes y llenos de vida como cualquier cachorro de color.
Se le considera el padre de la raza al coronel Sir Ian Malcom, quien fue el que le dio finalmente el nombre a la raza: West Highland White Terrier