top of page

Durante la época de Alejandro Magno, existían dos tipos de perros molosos; los de Iliria y los de Babilonia. Estos perros, originarios de Suiza, son los padres de todos los perros molosos de esa región (San Bernardo, Bouvier Bernois y Bouvier Suizo). Se los usaba principalmente como perros de guerra, de pastoreo y búsqueda y rescate.

 

Hacia finales del siglo X, Bernardo de Mentón, fundo un hospicio en los Alpes Suizos, que fungía como refugio para los viajeros que cruzaban los peligrosos pasos montañosos entre Suiza e Italia. Este hospicio era como conocido el Gran San Bernardo, y también era utilizado por los soldados y los mercaderes para escapar del frio y la nieve.

 

Los monjes de la región empezaron a buscar a un tipo de perro que fuera excelente para búsqueda y rescate debido al gran peligro que resultaban las montañas, y así fue como empezó el origen del San Bernardo, llamado de esta forma por el hospicio. Los monjes usaban al San Bernardo como perro de guardia y protección, y búsqueda y rescate, pero su principal cualidad era su habilidad para presentir las avalanchas y alertar a sus amos para resguardarse.

 

El más famoso San Bernardo se llamaba Barry, este magnífico perro salvo a más de 40 personas de morir enterrados en la nieve. 

San Bernardo

bottom of page